Los nuevos avances en la producción en masa permitieron fabricar más prendas a mayor velocidad y en mayor cantidad que nunca. A medida que aumentó la velocidad de producción, la ropa se volvió más asequible y los fabricantes comerciales se apresuraron a copiar los diseños de la alta costura.
El nailon, que ya no se necesitaba para los paracaídas en tiempos de guerra, se convirtió en un elemento básico de la moda que se utilizaba para fabricar medias, lencería, blusas y ropa deportiva.
Aunque el algodón seguía siendo una opción popular para la ropa de verano, el dacrón y el rayón reducían las tareas de planchado con sus texturas sin arrugas. Las tareas de lavandería se simplificaron con las nuevas prendas de secado por goteo. Las nuevas mezclas de telas incluían materiales elásticos bidireccionales que ofrecían control de figura para trajes de baño.
Las fibras sintéticas y las mezclas cortan la participación de mercado de la industria de la lana al tiempo que liberan a los consumidores de las molestas polillas que, en el pasado, podían destruir las prendas de lana almacenadas en el armario.
¿Conocías estos tejidos?
Sobre historia y moda 